Estamos cruzando el umbral de un Nuevo año, un año Nuevo nos recuerda de un Nuevo comienzo y un Nuevo principio, algo sucede al pueblo de Dios que tan solo por entrar en un año Nuevo, nos hace olvidar los tiempos duros y difíciles del 2016, nos sentimos que Dios nos da una nueva oportunidad que él pone delante de nosotros. Ahora ya depende de mí que actitud voy a tener hacia el año nuevo que Dios me da.
Suelto el 2016 con todo lo que vino a mi vida, sin duda que muchos de nosotros pasamos por retos de salud, procesos familiares, quizás la perdida de un ser querido, familiares amigos, etc. O problemas financiero y de cualquier otra índole.
Dios nos recuerda en Isaías 43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Y el verso 19 nos recuerda: He aquí yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad.
Por más malo o bueno que haya sido el año pasado, yo no puedo seguir en el pasado, debo de extenderme a lo que esta adelante, tengo que proseguir a la meta y la meta es Cristo.
En el año 2017 yo lo declaro año de la cosecha. En estos días de diciembre tuve un sueño, en el cual me encontraba frente a un campo de algodón y que las matas de algodón estaban cargadas de capullos de algodón bien blanco, y había maquinas cosechadoras de algodón y yo tomaba los capullos con mis manos y me llenaba las bolsas del pantalón; ya era el tiempo de la cosecha. Y vi volar por el cielo la apariencia de un águila, cuando desperté recordé la escritura de Juan 4:35 ¿no decís vosotros: Aun faltan cuatro meses para que llegue la ciega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega (o la cosecha).
Año 2017 lo declaro año de la cosecha, en este año: Crezcamos espiritualmente, ósea fortaleciéndonos en el hombre interior por el Espíritu Santo, para poder ir por toda la ciudad a las almas que no le conocen, para llevarlos al conocimiento de Yashuah el Salvador del mundo.
